Reportajes

1 septiembre 2012

Centro de secundaria del siglo pasado

El Andreu Sempere no ha recibido ningún pago pertinente al 2012, la deuda de la Conserjería con él asciende a 65.000 euros


“Cuando a la sociedad le iba bien a la educación ya le iba mal, ahora que a la sociedad le va mal a la educación le va peor”. Así de contundente se muestra Jesús Giner, director del IES Andreu Sempere, al hablar sobre los recortes en Educación y más concretamente sobre cómo afectan estos al centro que dirige desde hace 19 años.
El importe para la Educación Secundaria, es decir, ESO y Bachillerato se ha reducido un 28,9 % en España. Así, pasa de 247,1 millones de euros en 2011 a 175,7 millones en 2012. Esta reducción afecta a la financiación de los centros, al alumnado y al profesorado directamente. Por otra parte, el presupuesto de las becas también se ha disminuido en un 11,6% lo que supone 166 millones menos.
A pesar de que los recortes han llegado este año, el centro Andreu Sempere pasó el 2011 con un tercio del presupuesto total, y recibió los 63.000 euros que le debía la Consejería de Educación del anterior año el pasado marzo. Sin embargo, actualmente no ha recibido “ni un sólo euro”, asegura Giner, de los pagos correspondientes al 2012, la deuda asciende a unos 65.000 euros.
Los recortes se están traduciendo en cortes de luz, en la desaparición de algunas asignaturas optativas y actividades extraescolares, reducción de salario del profesorado, mayor número de horas lectivas para los docentes, menos material, aumento de alumnos por clase, menor atención a los estudiantes y la paralización de la reforma del centro.

Rehabilitación necesaria
“El instituto está doblemente penalizado, por el recorte normal y por sus condiciones” asegura Giner, y es que el centro que dirige “no es para el siglo XXI”. Esto se debe a que está muy deteriorado por el tiempo y por la construcción tan mala que se hizo en su momento. Tras muchos años de optimismo, de lucha y de espera se logró que hubiera fecha concreta para la reforma y que los planos ejecutivos se aprobaran. Cuando parecía que el optimismo por parte de los cargos administrativos, de los profesores y de los alumnos había dado sus frutos, que la espera se había acabado y que todo se iba a poner en marcha, la desilusión se presentó cuando llegó la noticia de que todos esos planes de rehabilitación están paralizados y sin saber cuando se reanudaran.
Una de las razones más importantes por las que se debe reformar el centro Andreu Sempere es porque sus aulas no pueden acoger físicamente al número de alumnos que se estipula con los nuevos recortes. “En la ESO se pasa de grupos de 30 alumnos a 36, y en Bachillerato de 35 alumnos a 42. Las aulas no dan más de sí, no caben 42 alumnos”.

Disminución en el aprendizaje
“Al haber más alumnos en clase el aprendizaje va a mermar porque no se les podrá prestar la atención necesaria a todos”, esto es lo que opina Tamara Puerto, estudiante del IES Andreu Sempere, acerca del aumento del número de alumnos por clase.
Puerto asegura que este incremento va a empeorar la calidad de la educación porque los alumnos necesitan una orientación que no se les podrá dar, y que la relación profesor alumno será peor, “ya que un docente además de enseñar debe de hacer lo posible por educar a sus estudiantes para salir al mundo y poder enfrentarse a sus problemas”.
Los recortes también conllevan a una disminución en el material del centro, como por ejemplo, en que actualmente cuenta con tres aulas de informática pero que en el próximo curso ya no van a “poder mantener y mucho menos renovar los ordenadores”, apunta el director del centro, Giner. Estas salas hasta ahora se utilizaban para dar clases de tecnología, de informática o de asignaturas extraescolares y complementarias. Éstas últimas son tan importantes como las demás, esta importancia radica en que son las que distinguen a un alumno formado de uno muy bien formado, es decir, de ser “más competitivos frente a otros estudiantes europeos en un futuro”, afirma Puerto.
Todos estos obstáculos infieren en el futuro de los estudiantes de este centro y en su moral, ya que se están dando cuenta de que tienen que prepararse muy bien porque la situación es muy mala. Son más conscientes que hace unos años de que hay mucha competencia y poco trabajo y de que la educación que están recibiendo no puede compararse con la de otros centros o de otros países. No tienen el material primordial, ni el tiempo necesario con sus profesores para recibir conocimientos básicos.
Cinco años atrás algunos estudiantes de los primeros cursos de secundaria eran rebeldes y tenían una actitud chulesca, sin embargo, estas actitudes actualmente han descendido porque los alumnos se han percatado de la situación que se está viviendo en España. Giner, asegura que ya hay casos en el centro de alumnos que están coexistiendo en sus casas con la crisis y que sus padres no les pueden comprar libros ni fotocopias.
El desánimo no es sólo por parte de los alumnos, sino también por parte de los profesores. Ricard Baño, profesor de Historia en el IES Andreu Sempere considera que los recortes son “una prueba más de que no se valora el trabajo de un docente, y no sólo económicamente sino moralmente al haber una campaña de desprestigio sobre el funcionariado”.
Actualmente no se le debe dinero a ningún profesor del centro de su salario básico, pero sí de complementos del anterior curso y del actual. Las contrataciones de profesorado también se ven afectadas. “No se va a emplear a docentes interinos en el centro”, apunta Bañó, por lo que muchas clases de desdoble o refuerzo se van a ver afectadas, ya que no se van a poder atender por falta de profesorado. A nivel general, es decir, no sólo en este instituto, hay que recolocar a los profesores con destino definitivo que sobran en los diferentes centros. Bañó también se muestra en contra del aumento de alumnos por clase ya que asegura que “esto redunde en la calidad de la enseñanza”. Las horas docentes también incrementan en dos, es decir, “un total de 20 horas lectivas y si hace falta hasta 22 o 23 horas de clase. Aparte las de permanencia y las complementarias”, afirma Giner.
Otro aspecto afectado por los recortes es el sueldo del profesorado, aunque Bañó indica que ya hace tiempo que empezaron a reducírselo. El PSOE le redujo el salario en “100 euros y el PP en 200 más y la paga de navidad”.

Medidas de lucha propias
Para luchar contra estos recortes que afectan directamente al centro, a sus estudiantes y profesores, el instituto participa en protestas, “tanto a nivel colectivo como personal”, aclara Bañó. Todos los integrantes del Andreu Sempere apoyan que sus alumnos contribuyan en la batalla contra los recortes asistiendo a manifestaciones que se hagan en Alcoy.
En las verjas principales del centro hay colgada una pancarta con el lema “No a les retallades”. Además de este mural para mostrarse en contra de las medidas tomadas por el Gobierno en Educación, los miembros del Consejo Escolar de este instituto, es decir, directivos, profesores, alumnos y padres tomaron la decisión de que hayan concentraciones en la puerta del centro cada jueves de 12.55 a 13.15h, en el horario del segundo patio. En estas manifestaciones participan los docentes, el personal de administración, de dirección y estudiantes. Se escogió esa fracción de tiempo “para no interrumpir las clases”, apunta Puerto.
Giner opina que estos recortes suponen una retrocesión de 30 años en la educación, la cual “se va a tornar clasista y sectaria, es decir, todo lo contrario a lo que debe ser un sistema educativo moderno” y cree que la sociedad española no se merece ese tipo de educación.


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12 septiembre 2012

Un desalojo convertido en excursión

El centro para discapacitados Gormaget sufrió dos evacuaciones, una el jueves y otra el sábado, por el fuego de Mariola


“Un cambio en la orientación del viento podría haber sido fatal”, de esta manera justifica Enrique Pérez, director de el centro ocupacional para discapacitados Gormaget que se encuentra situado en la montaña, en el extrarradio de Alcoy, la decisión que tomó de evacuar a los 40 internos del centro el jueves 12 de julio por el incendio que asestaba a la Sierra de Mariola de Alcoy, de forma más preventiva que de peligro.
A las 15.20 horas de ese día se detectó el incendio, fue entonces cuando el director del centro llamó al 112 para dar parte. A los pocos minutos apareció la Guardia Civil, personal de Medio Ambiente del ayuntamiento de Alcoy y la concejala de Bienestar Social, Aroa Mira, en Gormaget.
Fue la Guardia Civil la que comunicó a Pérez que el fuego se encontraba lejos. Sin embargo le aseguraron que era probable que tuvieran que desalojar el centro de forma preventiva pero que la decisión final la tenía él como director. Se tomaron las decisiones de trasladar a un grupo de internos, los más delicados, a un parque con la propia furgoneta de Gormaget “como si fuera una salida más de las que solemos realizar”, explica Pérez, y de contratar un autobús y tenerlo en el centro para así tener el medio de transporte preparado para la posible evacuación.
A las 18 horas se dio el aviso de que un cambio en la dirección del viento podría hacer que el incendio llegara al centro muy rápidamente por lo que se desalojó a los internos que quedaban y al personal que estaba trabajando en el autobús contratado al polideportivo municipal, que es el punto de referencia en caso de evacuación en Alcoy, así fue firmado en el convenio del ayuntamiento con la Cruz Roja. El grupo de personas que se encontraban en el parque también fueron trasladadas al punto de referencia. Un total de 40 internos fueron desplazados del centro ocupacional. La Cruz Roja habilitó uno de los pabellones del polideportivo con colchonetas para que los internos de Gormaget estuvieran lo más cómodos posible y no se percatasen de lo que estaba ocurriendo, ya que “si a estas personas las sacas de su rutina se ponen muy nerviosas”, asegura el director del centro.

Una excursión diferente
Una vez en el polideportivo los internos estuvieron entretenidos viendo las clases de patinaje y algunos partidos de baloncesto y de fútbol, “ellos se lo tomaron como una salida o una excursión más”, aclara Pérez. Tras unas cuantas horas en el punto de referencia ni la concejala de Bienestar Social ni el director del centro, ni el presidente de Aspromin, la asociación que gestiona Gormaget, Ramón Cerdà, sabían si podían regresar al centro para pasar la noche o no. Finalmente Mira recibió la llamada de que tenían el permiso para volver a Gormaget pero que el fuego no estaba controlado. Entre todos decidieron no pasar la noche en el centro y comenzaron a buscar alternativas.
La directiva del centro se puso en contacto con algunos familiares de los internos para ver si se los podían llevar a casa y que el número de residentes que pasaran la noche fuera fuese el menor posible.
Tras muchas llamadas la concejala de Bienestar Social logró contactar con el director de la residencia de la tercera edad pintor Emilio Sala para que los 20 internos que quedaban de Gormaget pasaran la noche en la cuarta planta de esa residencia, ya que las obras que se estaban realizando en ella habían acabado y estaba vacía porque la Consejería de Sanidad no había acreditado a los usuarios para poder utilizarla. 
Mira continuó realizando llamadas hasta que logró que se diera el visto bueno para que la Cruz Roja habilitase tres habitaciones de esa cuarta planta con camas plegables. “Cuando llegamos a Emilio Sala estaba toda la planta equipada”, afirma Mira. Hubo tres personas de Gormaget que por sus características tuvieron que pasar la noche en la planta de asistidos pero el resto la pasaron en las habitaciones habilitadas y con el cuidado de seis monitores del centro ocupacional, “tres de ellos en su turno de trabajo y los otros voluntarios”, matiza Pérez. 
A pesar de poder volver a Gormaget, los internos desayunaron en la residencia Emilio Sala y después regresaron a su centro.

Desalojo de madrugada
Tras haber extinguido el fuego, la madrugada del sábado se produjo un rebrote que obligó a desalojar a los 20 internos que había en Gormaget a 6.30 horas en coches particulares y en la furgoneta del centro. En esta ocasión “la situación fue más agobiante para todos porque era el turno de noche y tan sólo se encontraban tres monitores”, explica Pérez. De nuevo fueron trasladados al polideportivo, donde desayunaron y estuvieron hasta las 11 horas, cuando regresaron al centro.
En este desalojo la orden de evacuación ya venía dada por parte de la Guardia Civil ya que el incendio se encontraba a unos 50 metros del centro. El director del centro asegura que a pesar de estos dos desalojos aún tienen que dar gracias de que la situación no fuese peor.

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